Familia Gabrielista - Madrid-La Aguilera
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Anécdotas
La cuenta de la Virgen.
S. Gómez
En algunos pueblos castellano-leoneses se utilizaba
hace tiempo un amuleto o talismán al que se le
llamaba “la cuenta de la Virgen”.
¿Qué era? No lo sé. Recuerdo haber visto a mi madre
con un envoltorio de tela donde se ocultaba la “cuenta
de la Virgen”. ¿Sería alguna cuenta de rosario que
quizá llevara alguna imagen de la Virgen? Yo no
investigué el envoltorio de marras.
¿Para qué se usaba? Curiosidad o efecto mágico del
contenido. Lo usaba la mujer, o cualquier hembra de
las que había en la hacienda doméstica, y que tenía
un niño o una cría en fase de lactancia. Si a la madre,
mujer o hembra de las especies animales domésticas (cerda, vaca, cabra, oveja…) no les “bajaba la leche”
allí estaba la “cuenta de la Virgen” para remediarlo.
El envoltorio se ponía al cuello de la hembra (mujer, cochina criadera, vaca de vientre, etc) y con eso debía
resolverse o hacerse el milagro de que la hembra seca se convirtiera en húmeda y produjera el necesario
sustento para la descendencia.
¿Se producía el milagro? No lo sé. Pero sí sé que se colgaba el envoltorio a las recién paridas si no les bajaba
la leche; lo mismo a las cerdas madres de una docena o más de cerditos tetones, o a la vaca “La Airosa”, de
preciosa estampa y que había parido un chotillo estrellado, por la misma causa.
Cuando la “cuenta de la Virgen” la utilizaba una mujer la llevaba pendiente al cuello de un cordón de seda.
Cuando se lo ponían a una cochina criadera, vaca o cabra entonces se reenfundaba en otra tela más áspera
y basta, para que el contacto con las camas de cuadras y pocilgas no estropeara el envoltorio y la esencia de
la virtud, la que fuere.
Hoy día se usan medicamentos y plantas galactógenas en lugar de la “cuenta de la Virgen”.
Cosas de tiempos pasados.
(Inspirado en Galería de estampas y costumbres, de Miguel Moreno)